formas de pago

Formas de pago entre empresas

Como autónomo o Pyme, nuestro objetivo principal es facturar, pero claro está, además de facturar tenemos que cobrar (sino malamente vamos) Por ello, es muy importante hacer y emitir la factura correctamente, y como no, el método de cobro elegido en cada momento, qué puede ser diferente según el tipo de factura o del tipo de cliente.

Existen varias formas para pagar una factura a una empresa o proveedor. Algunas son más conocidas por todos y otras menos conocidas. Para gestionar bien el pago a proveedores es indispensable tener al día los cobros para contar con liquidez necesaria y hacer frente a nuestras obligaciones de pago. El acuerdo en las formas y tipos de pago es uno de los puntos claves en una negociación comercial. No en vano, son muchas las empresas que se financian tratando de pagar lo más tarde posible. El crédito comercial es un recurso perfecto: se recibe el suministro sin tener que pagarlo de inmediato.

Aunque no siempre se cumpla hay que destacar que la Ley actual marca un plazo máximo de 60 días para el pago de una factura (desde la fecha de la misma).

La morosidad afecta a la operativa de muchos negocios, especialmente a los más pequeños. Para romper ese círculo vicioso cada uno debe esforzarse para cumplir sus obligaciones: una facturación eficiente, evitar disputas comerciales y cobrar lo antes posible.

En resumidas cuentas, si eres autónomo o gestionas una pyme estas son algunas de las formas más comunes de pago que puedes concretar con tus proveedores. Con sus ventajas e inconvenientes.

Efectivo

Se considera pago en efectivo al realizado mediante: dinero en metálico y cheques al portador. Es la forma habitual de pago en los negocios de venta al público. Sin embargo, es poco frecuente en las operaciones entre empresas. Es la forma de pago más tradicional y convencional y aunque sigue siendo utilizada, su tendencia de uso es decreciente.

Cabe decir, que como lucha contra el fraude fiscal y con la aprobación el pasado 13 de octubre del proyecto de Ley medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, la limitación de pagos con dinero en metálico entre empresas se reducirá de los 2.500 euros actuales a los 1.000 euros.

Las limitaciones al pago en efectivo y el creciente desarrollo de los medios de pago digitales, cada vez más utilizados, hace predecir un no muy lejano fin del dinero en efectivo. De hecho, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha señalado que el objetivo del Gobierno es bajar el límite de los movimientos en dinero en efectivo también para los particulares, que de momento podrán seguir pagando en efectivo hasta 2.500 euros. El objetivo del Gobierno es «bajar a la mínima expresión» este tipo de transacciones, para, de esta forma, poder «tener la trazabilidad de todas las operaciones», según la ministra Montero.

Giro bancario

Es un documento con formato de cheque que permite realizar pagos seguros mediante un traspaso de fondos entre bancos. Debe contener los datos del banco emisor, del deudor y el beneficiario, de la entidad que ha de abonar el dinero y la cantidad a pagar. El proveedor lo solicita a su banco, se cubre y lo envía a su cliente. Éste lo remite a su entidad bancaria para que se encargue de gestionar el pago, enviando los fondos a la cuenta del proveedor en el banco emisor.

Una de las ventajas del giro bancario es que supone un método de pago muy seguro. Como desventajas se puede decir que es un método muy complejo, que tiene que custodiarse, presentarse físicamente y requiere algunas formalidades.

Transferencia

En una transferencia el pago se efectúa a través de un traspaso de dinero entre cuentas bancarias, sin documentos físicos como ocurre con el giro. Para pagar por transferencia necesitaremos el número de cuenta bancaria o IBAN del proveedor. Seguidamente ordenamos la transferencia a nuestro banco y se realiza el traspaso de dinero. Actualmente y con la banca online es un proceso sencillo y ágil, muchas veces sin comisiones, pero requiere que estemos al tanto del día de pago para no retrasarnos.

Domiciliación bancaria

Se puede considerar como la fórmula inversa a la transferencia. En este caso, es el vendedor el que tiene la iniciativa. Para la domiciliación del pago se debe dar nuestro número de cuenta y el banco de tu proveedor te cargará el importe de la factura en la fecha acordada. Conviene que el proveedor sea de confianza. Es habitual domiciliar pagos de impuestos, seguros, alquiler del local, suministros habituales, etc. Es una ventaja no tener que estar pendiente del día para realzar el pago, pero sí que hay que estar pendiente de tener el dinero en la cuenta para poder cubrir el importe.

Cheque

Un cheque es más sencillo que el giro bancario y puede intervenir solo un banco. La entidad entrega el talonario indicando sus datos y dirección para efectuar el pago. Cada cheque cuenta con códigos y dígitos de control.

Para pagar con un cheque hay que entregarlo firmado al proveedor: con su nombre (o “al portador”), la cantidad adeudada y la fecha. Tu banco lo pagará cuando lo presente al cobro la persona autorizada. Es cómodo para un pago rápido, aunque con los medios electrónicos cada vez se usa menos. También hay que controlar bien los fondos, ya que en principio se puede cobrar en cualquier momento.

Letra de cambio

La letra de cambio, a diferencia del cheque, exige más concreción en los apartados clave: fecha de emisión, identificación del emisor y el beneficiario y lugar y fecha de pago (vencimiento). Funciona al contrario que un cheque o un pagaré. Es el vendedor el que da la orden de pago. Preparará el documento con el importe de la factura y el resto de datos obligatorios y te lo entregará para su “aceptación” (con tu firma en el propio documento vale). La letra aceptada se presentará al cobro en la fecha y lugar indicados. Como ventajas, al conocer la fecha exacta de pago, permite planificación de fondos. Pero al aceptarla, aunque luego surjan discrepancias, el compromiso se mantiene

Pagaré

Como forma de pago de facturas el pagaré tiene gran protagonismo en el comercio entre empresas. Su contenido es similar al de la letra de cambio pero es más flexible y no requiere timbre. Su propia denominación de “pagaré” conlleva la promesa de pago en la fecha indicada. Te corresponde emitirlo y firmarlo como obligado al pago, entregándoselo al proveedor. Tanto si compras como si vendes es positivo utilizar pagarés como garantía. El beneficiario del cobro puede ejecutar el pago a través del descuento de pagarés. Un servicio que permite adelantar el dinero sin esperar al vencimiento del título.

Es un instrumento de pago muy flexible, al tener una fecha establecida, es perfecto para gestionar la liquidez. Es un título con garantías y endosable (se puede ceder a un tercero) Al igual que la letra de cambio aceptada, implica un compromiso firme de pago.

Confirming

El confirming es un servicio de pago de facturas a proveedores que ofrecen muchas entidades financieras. Si negocias un confirming con los proveedores, será la entidad financiera la que se encargue de gestionar los pagos en el plazo establecido y además los garantiza. La garantía de pago suele justificar al banco para imponer plazos más largos. A cambio, ofrece a los proveedores adelantar los importes cobrándoles, evidentemente, por el anticipo.

Una de las ventajas es que el pago está garantizado con el soporte del banco, pero, claro está, el servicio tiene un coste que tendremos que abonar a nuestro banco, y para asegurar el pago, el banco retendrá ese dinero y no podremos disponer de él.

Compras y pagos online

Internet está cada vez más presente en el mundo empresarial. Al hacer una compra a otra empresa en la red puede haber formas de pago específicas para esa operación. Hay aplicaciones diseñadas para facilitar los pagos online: PayPal, Bizum, Google Pay… Pero estos pagos son «al contado», incluso a veces por adelantado, o sea que no podremos negociar una fecha ni un plazo de pago. También tendremos que ser muy cuidadosos con el fraude y los ataques en la red a la hora de proporcionar datos.

Como hemos podido ver, existen muchas y variadas formas de pago, unas más «formales», otras más rápidas, pero todas válidas. También tenemos claro que gracias a los avances tecnológicos, hay muchas de ellas que están en desuso, pero son igualmente válidas.

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