La vida se basa en una toma de decisiones. A cada momento debemos decidir qué elegir, cuando nos levantamos por la mañana sobre qué ropa ponernos, qué desayunar, y otras muchas decisiones que tomamos a lo largo del día, muchas veces casi sin darnos cuenta. Y aquí está el problema, que no somos conscientes de que a cada momento podemos elegir entre varias opciones, y tomamos las decisiones en modo automático y muchas veces impulsivamente.
Ni que decir tiene que para las empresas y negocios la toma de decisiones son un factor clave, y aquí la toma de decisiones en modo automático o impulsiva se convierte en un peligro. A cada momento se nos presenta una situación diferente. De la misma manera que no hay dos días iguales, no hay dos situaciones iguales, aunque nos lo pudiera parecer, siempre hay algún añadido o algún punto de diferenciación. Esto es clave a la hora de tomar una decisión, ya que aunque una situación pueda parecerse a otra anterior, siempre hay algo diferente, por lo que la decisión será diferente también.
¿Cómo podemos tomar buenas decisiones?
- Investigar y analizar toda la información que podamos tener relacionada
- Elevándose por encima de la situación y adquiriendo una perspectiva global de la misma.
- Evaluando todas las soluciones posibles,
- Investigando todos los parámetros que pueden afectar,
- Valorar las ventajas e inconvenientes.
- Reflexionar bien. No siendo impulsivos ni tomando decisiones precipitadas.
Una buena decisión es la que tiene en cuenta a todos y es la más beneficiosa para el colectivo en general.
Por ejemplo en una familia, los padres, ante los problemas o situaciones que enfrentan diariamente, también tienen que tomar decisiones, y las decisiones que se toman son las más beneficiosas para la familia en general, premiando el bienestar general familiar por encima del posible bienestar particular de uno solo de sus miembros.
A la hora de tomar decisiones en la empresa debería ser igual, como en la familia, tomar las decisiones en base y en función a lo más beneficioso para todos. Y no solo hablando en términos económicos, sino en términos humanos y de valores. No voy a negar la importancia y el propósito de cualquier empresa, y es obtener el máximo beneficio y los mejores resultados posibles , pero hasta ahora este máximo beneficio ha sido a costa o en perjuicio muchas veces de los demás. Y esta visión empresarial tiene que ir cambiando.
O mejor dicho, esta visión está ya cambiando. Cada vez más, las empresas valoran más a su capital humano, (al fin y al cabo, las empresas son las personas que trabajan y que se relacionan en torno a ella), sintiendo la importancia del factor y valores humanos dentro de la organización. Para que una empresa funcione correctamente todos sus miembros deben de sentir que pertenecen a ella, como en una familia. El sentido de pertenencia y la buena relación basada en la buena comunicación, empatía y responsabilidad mutua entre los empleados, crean un entorno óptimo para desarrollar el trabajo.
¿Y cuáles son los obstáculos para tomar una buena decisión?
- Falta de información o no tener toda la información relacionada
- Tener una visión parcial del problema y no la visión global
- No valorar ventajas e inconvenientes de la situación
- No tener en cuenta o ignorar la solución más beneficiosa para el colectivo en general
- Ser demasiado impulsivo y no recapacitar bien.
- No valorar bien todas las opciones antes de actuar.
Son varios los factores que influyen en la toma decisiones, y es conveniente tenerlos todos en cuenta, intentar obtener siempre la máxima información, valorar y analizar bien cada situación, ver las ventajas e inconvenientes que puede provocar esa decisión, y reflexionar bien antes de llegar a la decisión final. Hay una frase que concentra muy bien todos los consejos anteriores, y que dice así:
Posponer una decisión que no vemos con claridad muchas veces es la mejor decisión
Espero que os haya gustado esta entrada, y pueda ser de utilidad antes de tomar cualquier decisión.